Toda vestida de blanco, almidonada y compuesta, en la puerta de su casa estaba la niña negra. Un erguido moño blanco decoraba su cabeza; collares de cuentas rojas en su garganta dan vueltas. Las otras niñas del barrio juegan en la vereda; las otras niñas del barrio no quieren jugar con ella. Toda vestida de blanco, almidonada y compuesta, en un silencio sin lágrimas, lloraba la niña negra. Toda vestida de blanco, almidonada y compuesta, en un féretro de pino reposa la niña negra. A la presencia de Dios un ángel blanco la lleva; la niña negra no sabe si ha de estar triste o contenta. Dios la mira dulcemente, le acaricia la cabeza y hermosas alas blancas a sus espaldas sujeta. Los dientes de mazmorra brillan en la niña negra. Dios llama a los ángeles y dice: "Jugad con ella".
Luís Cané, Argentina: 1897-1957
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